¿Alguna vez te has preguntado de dónde surgió el panetón?
Ya es una tradición de navidad y cada año lo encontramos cortadito en fuentes sobre la mesa en la cena navideña. En algunos restaurantes o cafés lo sirven acompañado de chocolate caliente; a mí me gusta comerlo con mantequilla, de esa que es suavecita y saladita; y hay diferentes marcas que lo han reinventado agregándole diferentes tipos de ingredientes adicionales a los que ya estamos acostumbrados.
El panetón es infaltable en la navidad peruana, pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde surgió este delicioso bizcocho con pasas y frutas confitadas? Imagínense que sí existe una historia muy interesante tras el panetón, cosa que recién me he enterado leyendo un poco sobre el tema y quiero compartirla con ustedes.
Resulta que hace unos 500 años, aproximadamente, se celebraba la nochebuena en Milán, exactamente en la corte del Duque Ludovico Sforza, también llamado El Moro, por el color de su piel, y recordado por haber sido alumno de Leonardo Da Vinci. El Moro había invitado a muchas personas importantes, para lo cual se había preparado una gran cena digna de tal celebración.
Los platos iban y venían, como si de una procesión se tratase, hasta que llegó el momento de disfrutar de un delicioso postre, como para cerrar con broche de oro la cena. El postre fue retirado del horno y grande fue la sorpresa cuando se dieron cuenta de que se había quemado enteramente.
Pensando cómo podía arreglarse el asunto, uno de los ayudantes de cocina, Toninno (llamado Toni, de cariño), se ofreció a donar el pan en forma de cúpula que había preparado con los sobrantes del quemado postre y que pensaba llevar a su casa para darlo de comer a su familia. Este fue llevado al Duque para que disponga del nuevo postre para la noche.
Los invitados quedaron sorprendidos con el sabor de ese pan dulce relleno de frutas y pidieron el nombre del mismo, así que El Moro decidió llamarlo «Pane di Toni«, nombre que pronto degeneraría y se convertiría en Panettone. Así es como hasta nuestros días ha llegado esta tradición, comenzada en los años 1500 y que seguimos disfrutando, seguramente, con el mismo placer, gracias a una casualidad de Toni.
Imágenes: EmporioItaliano.