Lo bueno y lo malo de la comida rápida

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La comida rápida está en casi todos lados. En los restaurantes autoservicios, kioscos y grifos uno puede saciar su hambre de manera rápida y barata. Y esto porque, por lo general se prepara con ingredientes baratos como carne rica en grasa y semi preparada, frituras y otros ingredientes elaborados con preservantes.

Esto le ha granjeado su fama de ser perjudicial para la salud, al punto que muchos nutricionistas la satanizan. Sin embargo, a pesar de su contenido alto en grasas, azúcares y calorías, comerla de vez en cuando no causará problemas a la salud. El problema comenzará si exageramos su consumo o lo sustituimos por la comida diaria.

Un documental que se hizo famoso precisamente para demostrar lo perjudicial que puede ser esto último fue Super Size Me, en el que el protagonista pasa un mes ingiriendo solamente comida rápida de una conocida cadena multinacional. Los resultados lo pusieron al borde de un colapso.

La buena noticia hoy en día es que muchas cadenas de comida rápida incluyen en sus menús algunas soluciones en pro de una nutrición un tanto más balanceada en sus productos como por ejemplo, incorporando jugos de frutas, infusiones, ensaladas de verduras y elaborando sus ingredientes con productos no tratados químicamente.

Por ello, cuando vayas a comer comida rápida a algún fast food, observa estos consejos:

  • No pidas frituras, sino carnes a la parrilla o asadas como pavo o pollo en vez de milanesas o hamburguesas, las cuales se preparan solo fritas y evita mezclarlas con huevos o queso..
  • Pide de acompañamiento a tus sándwichs o comidas, ensaladas de frutas o verduras sin mayonesa o aliños grasosos.
  • Escoge jugos de frutas o agua mineral en lugar de postres, generalmente estos tienen altos contenidos de azúcares y grasas. Evita también las gaseosas regulares.
  • Pide papas fritas y acompañados en la presentación más pequeña (no extra grandes).

Imagen: Taringa!