Un delicioso sándwich para ese antojito

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Antojos, ni hablar, nadie puede oponérseles y sobre todo si se está en la dulce espera. Eso me decía Fabi por teléfono. Ahora que iba a convertirse en mamá, estaba viviendo plenamente su experiencia como madre primeriza. Y me decía que tenía loco al pobre Arturo, que presuroso corría a las tiendas o restaurantes para complacerla. La última vez, se le antojó un tiradito… ¡a la una de la mañana! ¿pueden creerlo?

Ahora me buscaba porque otro antojito no la dejaba en paz.

-¡Lomito ahumado!- me dijo -amiga, me muero por un sándwich de lomito ahumado, te espero a la salida de tu trabajo- click.

Me preguntaba si ella sabría de algún lugar especial o si quería ir a alguno recomendado. Pero por si las moscas me puse a averiguar y encontré un sitio excelente, sencillo y perfecto para satisfacer el antojito y pasar un buen rato. Un local que queda en la esquina de una concurrida calle miraflorina. Estaba segura de que le encantaría.

A la salida estaba ya ella esperándome. Le hablé de ese lugar y le encantó la idea. Cuando llegamos, esta sanguchería estaba como siempre, llena, a las justas encontramos una mesita para sentarnos. Yo me pedí mi favorito, sándwich de chicharrón con su sarsa de cebollas y un poquito de crema tártara y camote frito. Ella fue por su clásico lomito ahumado, pero se quedó sorprendida por la variedad de cremas que tenía para acompañarlo: tártara, mayonesa, de palta, de aceitunas… encima el sándwich era gigantesco, la atención súper esmerada.. ¿qué mas se podía pedir?

Mi sándwich de chicharrón estaba como siempre, delicioso, y el de ella también lucía apetitoso, de hecho era graciosísimo verla saborear cada mordida con una pasión que me recordaba la expresión de un conocido chef en su programa, cada vez que prueba algo rico… ¡sin duda que Fabi sí satisfizo el antojo!

Imagen: Labodadehomero.