Celebrando un cumpleaños con cerveza artesanal

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Era sábado por la noche pero si me hubieran visto parecía que era domingo en la noche: yo con mis babuchas y en bata. Mi marido roncando con el periódico en el regazo. No teníamos ganas de salir pues estábamos en esos días en que nos da flojera todo y queremos estar en casa viendo una película o haciendo nada simplemente. Los niños ya estaban dormidos y solo el ruido del televisor encendido era lo que se escuchaba en la casa.

De pronto nos llamaron. Era la enamorada de Carlos, Viviana, preguntando a qué hora íbamos a llegar al bar que nos dijeron para el cumpleaños de Carlos. ¡¡Lo habíamos olvidado!! Carlos es un gran amigo de mi esposo, y no le podía fallar en una ocasión como esa. Además cumplía 40 años, y eso tenía que celebrarse. Nos levantamos como resortes y nos alistamos de inmediato.

Recordamos que la velada sería en una taberna que servía exclusivamente cerveza artesanal. Una expendedora de cervezas con tres surtidores a un lado ofrecía 3 tipos de cerveza: la «roja» o abadía que de acuerdo a la explicación de los dueños (todos unos expertos) es una receta fuerte y elaborada a base de cebada. También tenían la Stout o inglesa, que era fuerte y casi negra como el café gracias a que estaba hecha a base de malta y la más conocida, la lager, de color rubio y más ligera pues está hecha de malta pálida.

Ah me faltó mencionar que la fiesta era sorpresa y solo faltábamos nosotros. Al llegar ultimamos detalles y nos sentamos en mesas distintas para aparentar ser comensales desconocidos. Cuando llegó el santo gritamos ¡sorpresa! con chopps en la mano. Y vaya que se sorprendió pues Carlos adora la cerveza e incluso colecciona latas de todos los países que ha visitado. Pasamos una velada de maravilla.

Imagen: Visiting Argentina.