Uno de los minerales considerados vitales para nuestro organismo es el zinc. Este mineral participa en tantos procesos orgánicos vitales para nuestra supervivencia que bien merece un lugar en nuestro blog Mujer Vivanda, para conocer un poco más de su naturaleza e importancia.

Este componente participa en muchos procesos metabólicos de nuestro cuerpo y  en la expulsión del dióxido de carbono y en la absorción de algunos compuestos, en la reacción de algunas enzimas, tales como las del metabolismo, de hidratos de carbono, grasas, proteínas y glándulas.

También toma parte en en la síntesis de la insulina (hormona que regula la cantidad de azúcar en la sangre), el ARN y el ADN.

El zinc se concentra en algunas partes del cuerpo, tales como los ovarios, testículos, y en la hipófisis. También se lo puede encontrar en las uñas, cabello y huesos.

Este mineral también desarrolla un papel defensivo contra ciertas alergias y refuerza el sistema inmunitario, lo cual lo hace más efectivo a la hora de combatir algunas bacterias y elementos tóxicos.

Dado que el zinc también estimula el crecimiento y desarrollo de células y tejidos, se recomienda su consumo en niños y embarazadas. Mucho de este mineral se encuentra en las glándulas mamarias, por lo que es vital la lactancia. Del mismo modo. el zinc contribuye a la cicatrización de las heridas.

¿Qué alimentos lo contienen? El zinc se halla en cereales, trigo, pan, arroz integral y frutos secos. En verduras: ajo, perejil, champiñones. En menestras: frijoles, soya, lentejas y garbanzo. Así también lo encontramos en los huevos, las carnes y los mariscos.

El exceso de este mineral puede ser dañino. Quienes se dedican a actividades industriales y/o de fundición, elaboración de pinturas y construcción se exponen a cantidades peligrosas de este mineral por lo que deben tener cuidado.

Imagen: Kalipedia.