La estación invernal trae debilidad, falta de energía y enfermedades de las vías respiratorias, entre otros. El consumo de alimentos ricos en hierro puede ser la solución para reforzar el sistema inmunológico, darnos mucha vitalidad y buena salud.

Los niños y adolescentes, los ancianos, las embarazadas sobre todo, deben consumir hierro pues este mineral es clave para el desarrollo de las células nuevas y tejidos. También, este mineral contribuye a la formación de la hemoglobina y de los glóbulos rojos, quienes son los encargados de transportar el oxígeno a todo el cuerpo. Esta función que cumple es simplemente vital para que todo funcione correctamente en nuestro organismo.

Existen dos tipos de hierro, el que proviene de fuente animal y el que proviene de fuente vegetal. Nuestro cuerpo absorbe más rápidamente el hierro de origen animal, sin embargo, combinando adecuadamente los de origen vegetal con otros nutrientes, como la vitamina C, es posible también aprovecharlo.

¿Qué alimentos contienen hierro? Entre las fuentes más poderosas de este mineral está el hígado, ya sea de pollo o de carne, de ternera, cerdo o pavo. También las carnes rojas (especialmente las de pavo y cerdo) y los mariscos. Las legumbres como las lentejas, los frijoles (canario, castilla, arveja partida, panamito, pallares), garbanzo y la soya; frutos secos como las avellanas, pecanas, nueces y pasas.

Los cereales también contienen mucho hierro, tales como la avena, la cebada y el trigo. Y entre las verduras podemos mencionar las acelgas, espinacas, coles, coliflores, alcachofa y brócoli.

Estos alimentos no deben de faltar en tu mesa, siempre adecuadamente combinados y cocinados. Hay muchas maneras de prepararlos y aprovechar sus funciones nutricionales. Recuerda que la deficiencia de hierro en el organismo se detecta por el bajo rendimiento escolar o laboral, fatiga y debilidad, anemia y desmejoría progresiva de la salud, haciéndonos vulnerables a neumonías y otros males.

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