¿Sabes cómo lavar bien tus alimentos?
Tan importante como saber elegir lo que vamos a consumir es cómo tratamos los alimentos antes de cocinarlos. Lavar bien cada uno de ellos es esencial no solo para que nuestras comidas nos salgan deliciosas, sino para mantener una buena salud, y librarnos de las toxinas y microbios que muchos tienen. Lee atentamente este artículo y entérate de cómo mantener una higiene adecuada al manipular tus alimentos.
Hoy en día, hablar de mantener un peso saludable y una buena salud, pasa por elegir adecuadamente nuestros alimentos y planear una dieta adecuada a nuestras necesidades. Se habla constantemente de la necesidad de incrementar el consumo de frutas y verduras, de carnes magras, etc. Pero, ¿nos hemos puesto a pensar en la higiene de estos? ¿Y en la nuestra?
Lo primero que tenemos que hacer para tener sanos y limpios nuestros alimentos es mantener nuestra propia higiene: lavarnos las manos. Sí, ese acto tan elemental que desde niños nos han inculcado, pero que a veces olvidamos.
Venimos de hacer las compras y comenzamos a tocar los alimentos…. ¡con las manos sucias! Antes de tocar algo debemos lavarnos bien las manos con abundante jabón, frotándolas desde las muñecas hasta la punta de los dedos, para luego enjuagarlas bien. Luego, ya pasamos a los alimentos.
A veces nos confiamos de que las verduras, frutas, carnes, y otros comestibles, muchas veces envasados, ya vienen limpios. Peor aún, al comprarlos frescos, solemos darle tan solo una enjuagada sin darle el tiempo necesario parta una lavada eficiente que elimine los microorganismos que pueden alterar su sabor, frescura y causar enfermedades.
En ambos casos, debemos lavarlos bien para asegurarnos de que los microorganismos adheridos a la piel sean eliminados. Los lavaremos dejando que corra sobre ellos abundante agua y frotándolos bien. A las verduras hay que retirarles las partes que lucen más oscuras o deterioradas por efecto de la oxidación, así como las hojas o troncos que luzcan menos frescos.
A las frutas y tubérculos hay que limpiarles bien la piel y sobre todo sus orificios, en donde suele concentrarse tierra, sedimentos y microorganismos. Algunos recomiendan usar jabón, pero lo ideal es usar soluciones desinfectantes en base a yodo o cloro que venden en los supermercados.
A las carnes y pescados hay que lavarlos bien retirándole los restos de suciedad. También se recomienda retirarle la grasa y la piel, pues concentran una gran cantidad de grasas y toxinas. Los recipientes en donde colocaremos nuestros alimentos limpios también deben de estar correctamente lavados.
Y no olvidemos que hasta los huevos y quesos deben ser lavados antes de ser utilizados, pues sobre la cáscara pervive el virus de la salmonella y el microorganismo llamado Brucella, causante de la fiebre malta.
Imagen: FitSugar.