A mi esposo y a mí nos fascina salir a comer fuera de casa los fines de semana, pero no siempre a los mismos restaurantes. Probar platillos distintos es algo que nos fascina y mientras más comidas nuevas degustemos, mucho mejor es para nosotros.

Hacía algunos días que veníamos conversando con una pareja de amigos para salir los cuatro a almorzar, pero no se daba la salida. Finalmente, pudimos quedar en vernos aquel sábado soleado; el lugar, lo decidíamos nosotros.

Nos recogieron de casa y salimos rumbo a la Vía Expresa. En el camino conversábamos sobre lo bien que nos iba en la semana, entre risas y luces rojas. Jorge insistía en preguntar a dónde íbamos, pero nosotros solo sonreíamos y nos mirábamos con esa complicidad de siempre.

Llegamos a Miraflores y estacionamos el auto muy cerca al Parque Kennedy. Caminamos hacia un restaurante con una decoración un tanto exótica y fue entonces cuando decidimos contarles a nuestro amigos que degustaríamos comida árabe… ¡Deliciosa!

Nos sentamos; Jorge y Silvi miraban el lugar un poco desconfiados por el nuevo sabor que probarían. Les sugerimos algunos platos de la carta, pero decidimos ordenar un piqueo para los cuatro, como para probar «un poquito de todo».

Cuando llegó el plato pudimos encontrar diversos sabores, intensos y sabrosos. Pedazos de pan árabe que acompañábamos con el exquisito hummus; especie de puré de garbanzos con salsa de ajonjolí (llamada tahini), ambos muy utilizados en la comida árabe.

El falafel estaba delicioso, como siempre. Este -especie de albóndiga frita de garbanzos- pudimos combinarlo con ensalada de col y un poco de pan árabe calientito, como si estuviera recién hecho en algún horno artesanal.

Jorge no cabía en su emoción y Silvana saboreaba cada bocado; era definitivo que les había encantado. También probamos esas deliciosas hojitas de parra rellenas de arroz y carne… Toda una delicia para compartir entre amigos.

Imágenes: PollSB.