Hace varios años que acudo a una misma pastelería en busca de los sánguches, los dulces y las ensaladas más ricas. Y es que este lugar tiene tanta historia como la puede tener una familia limeña, con sus tradiciones y costumbres.

Recuerdo cuando papá llegaba a casa por las noches y nos traía ese delicioso pan crocante y caliente para disfrutar en los lonches familiares de todos los días. Ese mismo pan, en todas sus variedades, puedo seguir disfrutándolo hoy, en mi casa y con mi familia.

Además de pan y fiambres, en aquella pastelería encuentro unas de las más sabrosas ensaladas de la capital. Definitivamente, es un lugar muy acogedor al que me encanta acudir varias veces a la semana, ya sea para almorzar o para llevar algunos postres a casa.

Entre mis postres favoritos destacan algunos que encuentro allí. Un Sarita o un Pecaminoso son mis elecciones principales si de azúcar se trata. Qué rico combinar uno de estos deliciosos postres con mi esposo mientras nos tomamos ese expreso hecho con granos de café de la casa.

De las ensaladas de las que les hablé, prefiero la Emiliana, que contiene frutas secas y pechuga de pollo. Me encantan las vinagretas increíbles que tienen y que puedan traerme diferentes para una misma ensalada. Soy golosa, ya lo saben.

Justamente, ayer estuve por ahí con mi familia. Los chicos aman ir a tomar lonche, porque saben que pueden comer un mixto caliente y tomarse un chocolate doble como en casa. Ro y yo preferimos una crema con crutones para el frío.

Nos encantan esas cremas sustanciosas y recién preparadas, porque tienen ese sabor casero, muy parecido al que preparaba mamá cuando era pequeña. Además, ordenamos una tortilla española y un café americano. Qué felicidad es compartir estos momentos en un lugar tan acogedor y tradicional.

Imágenes: MDaras.