Hace un par de semanas les conté que recién me había comprado unas copas preciosas para algunos de mis tragos favoritos. Hasta ahora no las había estrenado, solo colocado en ese aparador tan lindo que tengo en el comedor.

El sábado tuve el honor, junto a Ro, de utilizar esas copas por primera vez. Los chicos tenían una fiesta infantil y le dije a la nana que los lleve un par de horas para que se distraigan y yo me quedaría en casa con mi esposo; sería tiempo genial para engreírnos un poco.

Por la mañana salimos a hacer algunas compras y aprovechamos para comprar ciertas botellas que nos hacían falta en el bar: una botella de cointreau y dos de tequila serían suficientes para surtirlo de algunas bebidas que ya se habían acabado en casa.

Apenas salieron los niños, Ro y yo comenzamos con la preparación de las Margaritas. Utilizamos una receta que encontramos en un recetario de cócteles y juntamos todos los ingredientes; yo saqué mis lindas copas nuevas.

Resulta que en torno a este cóctel existen varias leyendas sobre su creación, pero de lo que sí podemos estar seguros es que fue inventado en México, la cuna del tequila. Ro comenzó a realizar la crusta, clásica decoración de sal y limón en la copa… ¡Qué delicia!

Nos preparamos solo un par de copas para cada uno (teníamos que estar lúcidos para cuando los niños vuelvan) con el cointreau y el tequila que compramos, y un poco más de limón; realmente tenía un sabor exquisito, muy parecido al que probamos en Cancún hace algunos meses.

Nos sentamos en el sofá a conversar sobre miles de cosas y anécdotas, costumbre que nos perdemos desde que nos conocimos. Qué rico es compartir momentos haciendo alguna de las cosas que más nos gustan…

Imágenes: CoctelsAndDrinks.