Hace un par de semanas recibí la grata visita de una amiga súper especial para mí. A ella la conocí en el colegio y nos hicimos grandes confidentes, con el tiempo nuestra amistad fue creciendo y cada vez que viene a Lima la atiendo como a una reina. Adriana esta vez quería comer un rico tiradito de pescado, así que me tocaba llevarla a un buen restaurante.

Busqué en mi selección personal de los restaurantes más ricos de pescados y mariscos, y finalmente encontré uno que sabía le gustaría mucho. Pasé por su departamento para recogerla y, después de lorear un buen rato, fuimos en busca de su tiradito y de los mariscos que tanto ansiaba comer nuevamente, con esa sazón peruana inconfundible.

En Miraflores, límite con San Isidro, se encuentra este restaurante, que ya cuenta con varios locales en Lima. Ingresamos e inmediatamente buscaron una mesa para nosotras en la terraza, muy cerca de la hermosa pileta que corona el lugar de una manera espectacular. La atención buenísima como siempre y el ambiente súper fresco, ideal para los almuerzos de verano.

Nos sugirieron una ronda fría y otra caliente, como para probar un poquito de todo. Una limonada frozen para mí y una bebida light para Adriana. Entre chismes y risas llegaron nuestros platos, ¡se veían deliciosos! La ronda fría contenía varios tipos de tiraditos y ceviches, incluso pudimos probar el pulpo al olivo delicioso. La ronda caliente traía conchitas a la parmesana, wantanes rellenos de mariscos, chicharrón de calamar y langostinos fritos.

Adriana quedó fascinada con el sabor y yo también, definitivamente. Hacía un par de años que no regresaba a este restaurante y debo decir que la calidad ha mejorado en un 200%. Voy a seguir recomendándolo y también visitándolo; por lo pronto ya quedé con mi esposo y mis hijos en dar una vuelta por ahí este fin de semana.

Imágenes: Fuente propia.