¡Qué días! esta es temporada de fútbol: el Mundial ya comenzó, y la verdad es que es tan contagiante la algarabía, que nadie se la quiere perder. El día de la gran inauguración, fue viernes por la mañana, así que, aquél día, la gente del trabajo ya estaba proponiendo salir a tomar un desayuno y de paso ver el partido inaugural entre las selecciones de México y la anfitriona Sudáfrica.

Y qué mejor que hacerlo degustando un poco de la afamada y deliciosa comida mexicana. Así que nos pusimos de acuerdo y salimos todos de la oficina hacia un conocido local mexicano que lucía ya abarrotado de gente, la mayoría residentes mexicanos en nuestro país.

El restaurante era pequeño y en sus techos lucía mantos mexicanos, en las paredes sus clásicos sombreros de ala ancha, y con ocasión del mundial, miles de banderas, dibujos y todo lo alusivo a la fiesta del fútbol.

En vez de pedir platillos, optamos por piqueos y unas aguas frescas, que es como se le conocen a las bebidas hechas a base de frutas.

Pedimos una fuente de fajitas, uno de los platos más conocidos de la cocina mexicana que consiste en carne a la parrilla (puede ser también pollo o pavo) aderezada con pimientos rojos y verdes y envuelta en tortillas de maíz y otra de quesadillas que son tortillas hechas de maíz a la que se le añade queso para fundir. Calentitas son simplemente espectaculares y vienen acompañadas de deliciosas cremas como la crema agria, salsa de guacamole (palta), su clásico chile y ensalada de tomates. Debo admitir que, aunque no me gusta mucho el fútbol, me encantó pasar esa mañana, alentando a la selección mexicana y disfrutando de las incidencias del partido, junto con la deliciosa comida mexicana.

Imagen: Leftlovers.com.