¡Qué rico es el Tequila!
Estuve en Vivanda hace algunos días, porque necesitaba hacer unas compras. Fui después de la oficina, acompañada por una compañera del trabajo, que acaba de llegar hace poco desde México y nos está apoyando en la empresa por unos cuantos meses.
Ambas teníamos que comprar algunas cositas para las respectivas casas. Decidimos pasar por el lado de licores para ver con qué podríamos surtir nuestros bares, como un «por si acaso». Andrea vio una botella de Tequila y se emocionó, casi hasta las lágrimas.
«No sabes todo lo que siento cuando veo algo de México, lo extraño un montón», me dijo Andrea y comenzó a contarme algunas de sus vivencias personales. Me preguntó si quería pasar por su departamento para tomar un par de «Tequilitas» y me encantó la idea. Ambas nos compramos una botella cada una y nos dirigimos a su casa.
Mientras manejaba ella me iba contando un poco acerca de la historia de este destilado y de cómo fue que se descubrió el Tequila según una leyenda:
«Resulta que el tequila fue descubierto cuando, sobre un platino de agaves, cayó un rayo de gran fuerza; el golpe rompió el corazón de la planta y el calor del rayo hizo que ardiera durante unos segundos. Los indígenas, asombrados, se percataron que del interior brotaba un aromático néctar que bebieron con temor y reverencia, pues señalaban como un milagroso regalo de sus dioses.»
Andrea seguía contándome cómo es que esta bebida se convirtió en un gran boom alrededor del mundo y que fue gracias a algunos productores de tequila mexicanos que, inviertiendo gran cantidad de dinero en publicidad, dieron a conocer este delicioso licor por cada rincón del planeta en los años noventa.
Ya en su departamento sirvió un par de shots muy típicos con el tequila añejo que había traído con ella. Tomábamos y me seguía contando que el tequila es reconocido como tal si es que tiene un 51% o más de azúcares provenientes del agave, planta de donde se extrae el mismo.
Qué increíble fue hablar con ella de todos los sentimientos que podía producirle el tequila y su país…»Saboréalo de a poco, no te lo tomes todo de un porrazo», me dijo Andrea y tenía razón; con cada sorbo que tomaba me parecía aún más delicioso.
Imágenes: VisitingMéxico.