Una de las comidas más fáciles de hacer, deliciosas y que explora nuestra creatividad, es el sándwich o emparedado. Esta delicia se come casi en todas partes del mundo y puede también ser una buena alternativa alimentaria, sobre todo si deseamos algo rápido, efectivo y que nos deje satisfechos.

Y en todas partes del mundo donde se lo disfruta, se sigue el mismo patrón: poner alguna delicia entre dos rebanadas de pan. El relleno es en donde podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Desde las más clásicas carnes, como el pollo, pavo, carne de res o hamburguesa, también se puede incluir queso, huevo, atún, aceitunas, palta y un sinfín de posibilidades.

Y puede comerse frío o caliente; por ejemplo, podemos comer un delicioso sándwich de queso fresco bien frío con lechuga, o un emparedado calientito con queso edam, el cual haremos derretir ligeramente en la sandwichera. ¡Simplemente exquisito!

El pan con que prepararemos nuestro sándwich puede ser de muchos tipos, lo que sin duda enriquecerá su sabor y presentación. Tenemos desde el clásico pan para hamburguesas grande, redondo y esponjoso, hasta el pan ciabatta, de forma rectangular, muy grande y crocante.

Pero también podemos preparar nuestro sándwich en pan árabe, ya sea alargado o redondo, en pan integral, francés bien crocante, o si le queremos dar un estilo más gourmet, en pan de molde. El pan baguette también será ideal para hacer tu sándwich, lo cortas en mitades grandes y lo rellenas con lo que mejor te apetezca.

El acompañamiento

Además del pan y del relleno, podemos darle más realce y sabor al sándwich con algún complemento. Normalmente, se suele acompañar a las carnes con alguna verdura, como ensalada de lechuga y tomate, zarza de cebolla y camote frito en rodajas (sobre todo para el pan con chicharrón).

Pero también puedes explorar otras opciones como el pepino, nabo encurtido, los champiñones, la palta y las aceitunas. Últimamente, está de moda incluir papas fritas al hilo para hacerlo más crocante y voluminoso, sobre todo a las hamburguesas.

Ahora bien, ¿qué relleno emplear? ¡Hay infinidad de opciones! Si te provocan las carnes o embutidos, puedes ponerle un delicioso cuadril de res, lomo fino, pechuga de pollo o pavo deshilachada, jamón del país (al que le puedes añadir queso), chicharrón, lomito ahumado y hasta pescado (sardina, atún, anchoveta, corvina, salmón, etc.).

Y si lo prefieres más dietético, puedes usar quesos, pescados azules o carne de soya; las cremas clásicas, como mayonesa o mostaza, pueden reemplazarse con aliños naturales, yogurt, vinagreta o aceite de oliva.

Sea como fuere que armes tu sándwich, ¡el disfrute está más que garantizado!

Imagen: La Gaceta.