Un agradable encuentro a la coreana

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Qué barbaridad, no recuerdo haberme puesto así cuando me embaracé de mis dos niños. Pero a Fabi parece que le ha dado con todo eso de los antojitos. Cada vez que puede me manda correos a la oficina o me llama diciéndome que se le ha antojado tal o cual cosa. Y últimamente no he podido salir con ella por estar muy ocupada con el trabajo y la casa.

Pero el lunes pasado, el día más aburrido para nosotras (empieza la semana, a levantarse temprano, ir al trabajo, preparar las loncheras de los niños y llevarlos a la escuela, etc.) decidí sorprender a mi amiga de la dulce espera. Vi en un programa de cocina un especial sobre la cocina oriental, pero no sobre la clásica y deliciosa comida china, sino sobre la gastronomía coreana, preparada por ciudadanos y descendientes de ese lejano país aquí mismo.

Y seguro que le encantaría porque los platillos se veían muy apetitosos, felizmente Fabi no tenía ese tipo de antojos que rechaza algunas comidas y se pega a otras, ¡ella las quería todas!

La llevé a un restaurante coreano ubicado en San Isidro. Ya en la mañana había reservado porque una vez que sale en ese programa, se llena de gente. Al llegar, nos encantó, era muy elegante y discreto, justo como para la conversa. Lo que me gusta de esta comida es que prescinde de las frituras, todo es hervido o al vapor.

Pedimos una fuente de Galbi, que es costillar de vaca asada y acompañada de verduras fermentadas y Kimchi que es una especie de col oriental hervida y sazonada con especias, ¡muy buena!

Y al final, para finalizar con una bebida pedimos, a recomendación de los mozos, su típico té coreano, o sea el Oksusu cha que es un té hecho a base de maní tostado, tan delicioso como todo lo que probamos ese pálido lunes de otoño.

Imagen: Novelas Coreanas y Más