Un alegre brindis con amigas y un Beach Dreams

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El fin de semana pasado estuve feliz, salí con una prima de compras y justo cuando, con los paquetes en la mano y todo pensábamos en conversar un rato en algún lugar, apareció una amiga a quien no veía de tiempo: Milenka, sí aquella con quien solíamos irnos de fiesta todos los viernes en parejas, en las épocas de la universidad. Nos dimos un gran abrazo y pues decidimos ya las tres, irnos a buscar un lugar para charlar.

Estábamos en el corazón de Miraflores, que es el lugar a donde suelo ir siempre que quiero ir de shopping. Y Milenka conoce bien esta parte de la ciudad, así que nos propuso ir a un local pequeñito, pero muy acogedor que estaba por ahí cerca. Y era verdad, he pasado miles de veces por la calle Atahualpa y jamás había reparado en el Pub Inglés. Entramos y nos gustó de inmediato, el ambiente esa muy acogedor, casual, bien iluminado y perfecto para conversar.

Cuando vino el mozo, estábamos muy enfrascadas en nuestra charla, Milenka había cambiado de trabajo y le iba mejor, y junto a su esposo Ricardo, estaban planeando una segunda luna de miel. Cuando nos preguntó qué pediríamos, no se nos ocurrió nada en especial, así que aceptamos su sugerencia. El mozo volvió y nos trajo unos Beach Dreams.

Nunca había oído de este coctel, pero a primera vista se veía muy atractivo. Al probarlo sentí ese sabor clásico y delicioso del vodka y lo agridulce frutado que tenía que ser amaretto. No me equivoqué pues esos eran sus ingredientes, además de un toque de ron y las frutas del decorado que lo hacían ver delicioso. Y combinados todos ellos con los jugos de fresa y naranja adquirían ese color característico. Brindamos las tres por ese encuentro lleno de cosas que contar.

Imagen: El Rey Ra.