La gran fama que alcanzaron las cirugías plásticas, en especial las faciales, propiciaron la aparición de los tratamientos “antienvejecimiento” con la finalidad de que las mujeres nos veamos más jóvenes y restemos el efecto del reloj.

Actualmente, muchas celebridades optan por este tipo de métodos que les ayuda a lograr «la eterna juventud estética» como Nicole Kidman y Meg Ryan, que necesitan evitar el paso del tiempo y borrar las arrugas para verse mejor y más jóvenes en televisión.

Es así que muchas mujeres se someten a este tipo de intervenciones no quirúrgicas buscando retrasar en envejecimiento sin las molestias de las cirugías plásticas. Uno de los tratamientos más conocidos es el Botox.

El Botox que se utiliza en el área cosmética es una forma diluida de la toxina botulínica que es conocida por ofrecer grandiosos resultados para eliminar las arrugas o líneas de expresión. Esta solución se inyecta en las áreas requeridas a través de una aguja extra fina, paralizando la zona muscular de ese sector, lo que produce un efecto de adormecimiento que permite la desaparición temporal de las arrugas.

El promedio de duración del Botox es de cuatro a seis meses, luego de ello es necesario volver a utilizarlo a pesar de que los doctores no lo recomiendan. El tratamiento dura pocos minutos, igual que el tiempo de recuperación, lo que lo convierte en un método fácil y rápido.

Es necesario tomar en cuenta todas las recomendaciones para seguir el procedimiento. Debes estar segura de cumplir con las condiciones para usarlo, pues no es recomendado en el caso de enfermos del sistema nervioso o del corazón, madres lactantes o gestantes. No olvides consultar a tu médico sobre tu medicación ya que podría causarte efectos colaterales.