Mamá, desde que yo era muy pequeña, me decía que cuidara mi piel. Cada vez que me caía y me hacía una herida, ella le prestaba especial atención y me decía que tuviera cuidado en todo momento y mientras jugaba, «no te vayan a quedar marcas feas en la piel ni cicatrices».

De hecho mi mamá tenía razón. Sin embargo, sé que cuando uno es un niño, no le presta la debida importancia a estos detalles. Por suerte no tengo muchas cicatrices, pero no debo fiarme de mi suerte. Es por ello que todo el año suelo cuidar cada centímetro de mi piel, con cremas y con recomendaciones específicas.

La piel es el órgano más amplio del cuerpo y algunas zonas de ella están expuestas todo el año al impacto del medio ambiente, como el rostro y las manos. Además de estar expuestas, son unas de las zonas donde la piel es más delgada y delicada.

Te preguntarás, tal vez, cómo es que debes cuidar de toda tu piel. A mí me resulta muy sencillo, porque siempre tengo en mi tocador una crema humectante especial para todo mi cuerpo. Me gustan las que tienen aroma a frutas, pero además me cuidan y protegen mucho; yo prefiero las que son para piel normal a seca, porque contienen más agentes humectantes.

Para mis manos, una crema especial con vitamina E y aloe vera es lo ideal, mientras que para los pies utilizo una crema con contenido de mentol para sentirme muy fresca. En el rostro debes aplicarte una crema humectante de día y de noche que vaya de acuerdo a tu tipo de piel.

El protector solar también es muy importante: el sol está cada vez más fuerte, por eso mis cremas faciales cuentan con protección UV en invierno y en verano, adicionalmente a mi crema, me aplico bloqueador facial todos los días. Cuidar la piel es muy necesario y no creas que te va a tomar mucho tiempo, al contrario: después de tomar tus baños puedes humectarla todos los días.

Imágenes: MetroBeauty.