El sodio y nuestra salud

sal

Tal vez no lo sepas, pero el sodio está en casi todo lo que comemos, y esto por una simple razón:  todo lo que comemos contiene la sal, la cual es rica en sodio, aunque también, en menor cantidad, en la mayoría de alimentos. Y como todos los minerales, el sodio tiene muchas propiedades beneficiosas, aunque su consumo en exceso puede ser perjudicial.

Los beneficios del sodio son muchos: junto con el potasio, regula el equilibrio de los líquidos. También es beneficiosa para el sistema digestivo pues hará que funcione correctamente. Regula el reparto de agua en el organismo e interviene en la transmisión del impulso nervioso a los músculos, es decir, facilita su estiramiento y contracción.

Como dijimos, el sodio abunda en la mayoría de alimentos, y esta es la razón por la que, sin darnos cuenta, podamos estar ingiriendo más de lo que el cuerpo necesita, en sus dos formas: sal común (cloruro sódico) o como saborizante (glutamato monosódico).

El exceso de sodio puede producir la elevación de la presión anterial, esto es sumamente perjudicial para el corazón, los riñones y el funcionamiento del organismo en general. En los bebés el peligro es mayor pues aún no han desarrollado del todo sus riñones, encargados de procesar el mineral.

¿Dónde encontramos el sodio? Además de la sal, el sodio está presente en alimentos procesados, tales como productos con glutamato monosódico, queso, pan, cereales, carnes y comida rápida. Las frutas y las verduras contienen menos sodio y más potasio, el cual reduce en parte el excedente de sodio.

Así que si llevas una dieta más abundante en verduras y frutas y restringiendo las grasas y las carnes, estarás controlando el exceso de este mineral. Chequea los empaques de los productos que compras para informarte si contienen saborizantes o sodio en muchas cantidades.

Imagen: Jon Kepa