¿Comes muchos dulces? Siguen estos consejos para evitar la adicción
Muchas personas no pueden resistirse a la tentación de un postrecito, un brownie, un pastelito, un chocolate o hasta un caramelo. Esa afición a los dulces -en algunos- se torna una costumbre imparable que puede llevarlos a serios problemas de salud si no se controla adecuadamente.
La obsesión por los dulces, que muchos describen y comparan incluso con una adicción, se diferencia precisamente de un simple gusto por estos alimentos, cuando no se puede evitar comerlos a toda hora y cuando su ausencia produce trastornos en el estado de ánimo y el humor.
Y no son pocos quienes viven pensando en comer dulces todo el tiempo. Esta afición silenciosa que a simple vista parecería un inofensivo antojito podría traernos serios peligros en la salud si no la controlamos con una alimentación que equilibre y regule la ingesta de azúcares y carbohidratos.
De acuerdo a estudios, esta obsesión por los dulces es inducida orgánicamente. Muchos se excusan diciendo que «el cuerpo se lo pide», lo cual no está tan lejos de la verdad; y es que algunos componentes de los azúcares estimulan la producción de una sustancia llamada serotonina.
La serotonina es la que nos predispone a tener buen ánimo, estar alegres y de buen humor, además de hacernos sentir con mucha energía. La ausencia de la serotonina es la que produce algunos estados de malhumor, tristeza y otros síntomas relacionados con la depresión. También angustia y ansiedad.
Otro efecto de la desmedida afición por los dulces es que su ingesta produce una sobreproducción de la insulina, sustancia que nos produce más ganas de comer.
La obesidad se desencadenará no solo causada por los azúcares y almidones que contiene, sino por este deseo de comer que se verá incrementado. Este desbalance puede conducirnos, además, a problemas a largo plazo como la temible diabetes.
- ¿Cómo detectarlo?
La mayoría de personas quienes consumen dulces a toda hora no son conscientes de este problema. Una forma de detectarlo es observar si se sufre de cambios repentinos en el humor o estado de ánimo, si se siente pesadez o sueño después de comer. Y sobre todo, si al dejar de comer dulces, se pasa de la euforia al malhumor o al decaimiento repentino.
- ¿Cómo evitarlo?
Modificando nuestra alimentación y hábitos podremos contrarrestar el deseo de comer dulces a toda hora:
- Fibra: los alimentos que la contienen producen la sensación de saciedad, además de ser beneficiosos para la digestión. Están en los cereales, los frutos secos, las frutas y verduras.
- Ejercicios: el sedentarismo y la ansiedad que ocasionan, muchas veces nos empuja a comer sin tener hambre. Caminatas, trotes y ejercicio intensivo no solo mantendrán ocupada la mente, sino que acelerará el metabolismo deteniendo la sensación de querer comer.
- 5 comidas al día: las clásicas 3 comidas diarias dejan espacios que nos incitan a picotear algo. Dividiendo nuestras comidas en 5 (sin aumentar las porciones) nos mantendrán llenos. Incrementa las frutas y verduras entre las comidas.
Imagen: ¿Sabías esto?.