Continuando con el tema de la pérdida de peso, más en boga en el verano, en que deseamos lucir nuestra figura, hablaremos hoy de uno de los aliados más importantes de nuestra dieta para deshacernos de esos kilitos de más: el agua, el líquido elemento del que muchos de nosotros prescindimos o sustituimos por una gaseosa o refresco y que es un purificador del organismo.

Tomar agua es bueno, no solo porque así el cuerpo se limpiará de las toxinas y trabajará mejor, sino que se quemarán las grasas y los líquidos que un cuerpo que no está habituado a recibirlos tiende a almacenar. Así pues, muslos, caderas, antebrazos y tobillos comenzaran a disminuir de volumen.

Además de la parte estética, nuestra salud también mejorará: el hígado que es el que metaboliza las grasas  y los riñones funcionarán mejor, el agua también tonifica la piel y cabello, asimismo, los músculos y mejora el metabolismo en general.

El consumo recomendado de agua es de dos litros por día, pero de a pocos y preferentemente entre las comidas. Si deseas empezar a añadir el agua en tu alimentación dietética, te recomendamos hacerlo de la siguiente manera:

• En la mañana: medio litro durante 30 minutos.
• Al mediodía:medio litro durante 30 minutos.
• Entre las 5 y las 6 de la tarde, consumir un litro.

El agua debe de ser fría, así el cuerpo la absorberá más rápido.

Tal vez algunos quienes ya han empezado a hacerlo se quejarán porque esto les hará ir al baño más a menudo, pero esto no es más que un síntoma de que se están eliminando las grasas y todo lo que el cuerpo no necesita.

Y con el agua finalmente diremos que se elimina la sensación de hambre, lo que ayudará a que nuestra dieta sea todo un éxito.

Imagen: Visit Sweden.