Verse bien es lo que todas anhelamos, tener ese cuerpo y rostro de portada. Por ello nos empeñamos en hacer dieta para vernos bien. Sin embargo, cuando este deseo se vuelve una necesidad y una obsesión, puede afectar seriamente nuestra salud física y emocional. ¿Pero qué sucede cuando este problema lo detectamos en nuestra casa, con nuestras hijas?

Los trastornos alimenticios se constituyen como anomalías graves, es decir, una alteración de la conducta alimenticia que se manifiesta en dietas severas con la consecuente pérdida de peso pero que reflejan problemas psicológicos. Con la anorexia vemos nuestro cuerpo de diferente manera a como los demás lo ven: con sobrepeso, entonces la paciente suele someterse a dietas extenuantes e incluso no ingerir nada.

Cómo tratarse. Acompaña a tu hija a un psicólogo y un nutricionista. Cambiar la percepción errada que tiene la persona sobre su propia figura implica corregir la autoestima. Sabemos que la estética y cánones del verse bien que impone la moda contribuye a esta enfermedad que mata física y emocionalmente  a muchas muejres. Nos inundan diariamente con modelos de belleza y presencia que a la larga se introducen en la psique como objeto de deseo.  Más aun si dicha persona no tiene seguridad en sí misma, es débil y fácilmente influenciable. Debes estar muy atenta siempre a lo que consume dentro y fuera de casa, y si come a las horas adecuadas. Vigílala sin que se de cuenta, apóyala y crea un lazo de amistad para que libremente puedan hablar del tema.

Físicamente, existe la ausencia de nutrientes esenciales que  podrían conducir a la persona a la muerte.  La familia debe colaborar estrechamente en el problema.  Es un trabajo conjunto de médicos, nutricionistas y psicólogos, pero sobre todo de apoyo emocional de los seres queridos. Recuerda que si detectan a tiempo esta enfermedad puede curarse y seguir adelante en la vida.

Imagen: Dipity.com