Generalmente cuando vemos que un niño come menos que lo que consideramos «normal», pensamos que no se está alimentando bien. Creemos también que a partir del primer año de vida, el niño debe de comer «como un adulto», es decir, ven una buena alimentación cuantitativamente y no cualitativamente.

Un niño debe de comer de acuerdo a su tamaño. Si el cuerpo de un niño es pequeño, su organismo y cada uno de los sistemas de que se compone (que incluye también el sistema digestivo) son de menor tamaño. Por lo tanto las raciones de comida diaria que se le dan deben ir acorde con la capacidad de su sistema digestivo. Darle más sería perjudicia.

En lo que sí se debe poner énfasis es en darle una alimentación de calidad, proveyéndole de los nutrientes, proteínas, vitaminas y minerales que necesita. En el plato de un niño debe de haber abundantes verduras y de todos los colores. Se las puede preparar hervidas, en ensaladas, asadas o al horno. Para atraer más al niño en su consumo, se puede elaborar una presentación especial en el plato, que llame su atención.

Hay que evitar las frituras y las comidas grasosas. En general, no solo en la dieta de los niños, sino en la de toda la familia, lo mismo con las verduras. Los adultos deben comer una taza de verduras por día, los niños deberán comer la mitad. Hay miles de recetas de comidas que se pueden preparar y de la misma manera para niños y adultos, siempre respetando las porciones adecuadas.

Las entrecomidas también son saludables para los niños, se puede aprovechar para darle alguna fruta de estación o un jugo o yogurt para complementar su nutrición. recuerda que por en el nivel de energía y crecimiento que mantengan sabrás que su alimentación es buena.

Imagen: Sabor Universal